18 sept 2011

El interior

Una mañana al abrir los ojos y mirar la luz a través de la ventana, notó que algo era distinto al resto de los días.

Sentía que su mente nada tenía que ver con su cuerpo. Al levantarse, se miró al espejo y no se reconocía. La imagen que tenía delante no era la que tenía dibujada de ella en su mente.
No se trataba de su imagen física. A través del espejo pudo ver su interior, su alma.

En un primer momento pensó que quizás estaba soñando, pero pronto se dió cuenta de que no era así. Tendría que afrontar, a partir de ahora, que había estado viviendo otra realidad.

A partir de ese día, no volvió a ser la misma persona. Nada le ilusionaba, ni su presente ni su futuro.

Su día a día era cada vez más duro, más amargo. Hacía las cosas por impulso y para no levantar sospechas entre los suyos. Para que no la vieran que realmente estaba triste y que no tenía felicidad en su interior.

Esa persona, se dió cuenta de que no volvería a tener otra oportunidad. Su vida estaba marcada, su rumbo, su destino. Tendría que aprender a vivir de esa forma.

Hay personas que tienen la suerte de vivir la vidad con plenitud. Otras en cambio saben que no podrán hacerlo nunca. Eso descubrió a través del espejo, una mañana.